En un año marcado por la Pandemia, la crisis económica y los efectos sanitarios, el sector inmobiliario de Rosario no fue ajeno a todo ello. Si bien la incertidumbre se va disipando en el día a día, los cambios y transformaciones que se generaron hace que sea importante conocer saber las diferencias producidas por los efectos económicos como así también las nuevas tendencias y nuevos hábitos que se han instalado.
Para entender con mayores precisiones la realidad local de nuestro mercado inmobiliario es interesante conocer la opinión del Presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios, 2ª Circunscripción (COCIR) CI Andrés Gariboldi, quien a modo introductorio aclara que “ya veníamos con un año 2019 muy difícil, tras 5 elecciones, 3 ó 4 devaluaciones, mientras que todos pensábamos que el año 2020 sería el despegue de la actividad, nadie imaginó encontrarnos con una pandemia.
En la actualidad el mercado está pasando un momento muy difícil en el año 2020, en lo inherente al sector de alquileres hemos tenido 5 intervenciones gubernamentales a través del decreto 320/20, a los 90 días se sanciona la Ley N 27551, conocida como nueva ley de alquileres, luego se sanciona la prórroga del 320/20 a través del nuevo decreto 766/2020, luego a nivel provincial se sumó una modificación que realizó el API respecto al impuesto de sellos en locaciones y como corolario aparece un nuevo proyecto de ley en la cámara de Diputados de la provincia para modificar los honorarios profesionales de los Corredores Inmobiliarios.
Con estas cinco intervenciones por parte del estado en el rubro alquileres y dentro del contexto actual se hizo todo muy difícil. Mientras que en relación a la ventas no podemos dejar de pensar en la cotización del dólar blue, la gente está expectante e inmovilizada, ya que apareció un nuevo nubarrón importantísimo que creímos que se había ido cuando salimos del default. Al no tener compromisos en el exterior hasta dentro de 4 años, allí creíamos que empezábamos con un nuevo andar.
Sumado al clima sanitario, político, económico y judicial es todo muy difícil, una foto complicada aunque somos optimistas. Pensamos que en el corto plazo el sector político se pondrá de acuerdo y llevará adelante la conducción del país para salir de esta situación”. Consultado específicamente sobre el precio de los inmuebles, el propio Gariboldi no dudó en afirmar que “hoy los valores inmobiliarios se han deprimido, cuando nos consultan si bajaron los valores en dólares lo que contestamos es que estamos hablando de cliente por cliente, mientras que para aquel que tiene destinado la conversión de su inmueble a través de los fondos que reciba para trasladarlo a un proyecto o nuevo destino, lógicamente que tiene una postura de escuchar y recibir una propuesta para vender.
Ahora aquel que pretende quedarse líquido y guardar el dinero en una caja de seguridad prefiere esperar, no recibe propuestas, no vende. Hoy vende solo aquel que tenga compromisos, por lo tanto está dispuesto a escuchar una propuesta y cerrar un negocio. Como por ejemplo quienes tienen una sucesión de por medio y escuchamos la baja porque necesitamos dividir entre las partes el inmueble”.
Por otra parte, respecto a las diferentes acciones institucionales que viene desarrollando COCIR como la campaña “Volvé al ladrillo” junto a la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV), la Cámara de Inmobiliarias de Rosario (CADEIROS) y la Corporación de Empresas Inmobiliarias (CEIR), el CI Andrés Gariboldi asegura que este tipo de campañas sin dinamizadoras en todo momento, más aún en momentos de incertidumbre al agregar que “El ladrillo no se reperfila, como si ocurrieron con los títulos públicos, no se confiscan ni se expropian, los pesos que se trasladan al ladrillo siempre terminan siendo dolarizados. En nuestra sociedad la inversión en inmuebles sigue siendo muy arraigada como un bien real en un país que carece la estabilidad de la moneda como así también que padece los efectos inflacionarios de manera cíclica.
Creemos que la inversión en inmuebles es una muy buena alternativa que no es muy sofisticada para un público que quiere ahorrar y quiere fortalecer su jubilación”. En el contexto de la crisis de acceso a la vivienda que padecen los argentinos y referido a las herramientas que provee el estado, para Gariboldi “El Procrear hasta el momento fue un tímido y no tiene miras de ser algo masivo.
El gobierno nacional aún no tomó una clara conciencia acerca del impacto que puede tomar la construcción en nuestro país. Es por ello que en todos y cada uno de los espacios en que nos reunimos, con las autoridades Diputados, Concejales y hasta con la Ministra de hábitat junto al Consejo Federal de Colegio Inmobiliarios (CoFeCi) se lo hacemos saber de manera constante. En Rosario el escenario actual marca concretamente que hoy es la segunda ciudad de la República Argentina con más cantidad de desocupados, gente que vive en la periferia, gente que la industria lo fue expulsando. Consideramos que la construcción es sin lugar a dudas la industria que tiene la capacidad de generar fuentes de trabajo genuinas y reales.
El planteo que le damos a todos los estratos de gobierno cuando nos reunimos es que le pedimos incentivos claros y concretos para motivar que la gente siga invirtiendo en inmuebles. De esta forma generamos las fuentes de trabajo y terminamos haciendo un círculo virtuoso. Necesitamos que la gente que tiene el dinero y además la capacidad de ahorro, sigan apostando en la región y el dinero pueda quedar acá generando fuentes de trabajo. Cuando muchas veces ese dinero se mantiene en cajas de seguridad, como dato para cuantificar la importancia del sector, el 50% por ciento de cada metro cuadrado construido en Rosario corresponde a mano de obra, la industria automotriz tiene un componente de mano de obra del 11%, para tomar una dimensión comparativa. Mientras que el 85/90% de los materiales son nacionales, es decir no se necesita abrir la importación para dinamizar la industria”.
Para medir la importancia de la construcción y el efecto que este tiene en diferentes sectores de la sociedad agregó “Si no se hubiese construido en los últimos 40 años lo que se construyó en los últimos 40 años los alquileres serían mucho más caros, mientras que en el mismo lapso de tiempo el único que construyó a escala fue solo el sector privado. Si no incentivas al sector privado para que siga construyendo al final siempre te encontrarás con un menor número de unidades para alquiler en el mercado”.
C.I. Diego Ferreyra
inmuebles.lacapital.com.ar/blog/el-impacto-del-covid-19-en-el-mercado-inmobiliario-475
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